lunes, 1 de marzo de 2021

EL CASAMIENTO ENGAÑOSO.- ✏️ Miguel de Cervantes. [Resumen]

El casamiento engañoso

Miguel de Cervantes            

            Campusano conoció a la dama cuando visitó a su amigo, el capitán Pedro de Herrera, en compañía de otra dama. La dama se sentó en una silla cerca de Campusano. Tenía un “chal bajado hasta la barbilla” y Campusano no podía verle la cara. Le pidió a la dama que se desvelara, pero sin éxito. Aumentaba el deseo de Campusano de verla. Ella lo invitó a su departamento, y Campusano, a su favor, “le prometió montañas de oro”.

Campusano se convirtió en un visitante frecuente de la casa de Estefanía, donde mantuvieron largas conversaciones. Campusano hizo todo lo posible para gustarle a Estefanía. Decidió ir al grano y recibió una respuesta. Estefanía dijo que había tenido una propiedad por un valor de dos mil quinientos ducados. Buscaba marido y le ofreció a Campusano que se casara con ella.

Campusano respondió que había aceptado casarse con Estefanía. Tenía cadenas, joyas y algunas galas militares por valor de unos dos mil ducados. Él le ofreció usar todo el dinero que tenían para mudarse a su pueblo natal y vivir una vida feliz.

Los primeros días, Campusano disfrutó de su vida porque Estefanía lo agasajó, lo trató e hizo todo lo posible para que su vida fuera despreocupada y tranquila.

Estefanía fingió que la casa de Doña Clementa y Don Lope era la de ella. Campusano la creyó y se sintió un amo de casa. Cuando llegaron Doña Clementa y Don Lope, Estefanía le dijo a Campusano que se abstuviera de entrometerse y le prometió que luego se lo contaría todo. Campusano estuvo de acuerdo y luego supo por su esposa que doña Clementa quería gastarle una broma a Don Lope y le hizo creer que esta casa le pertenecía a ella. 

Campusano con su esposa se mudaron temporalmente a la casa del amigo de Estefanía. Cuando Estefanía no estaba en casa, Campusano describió a la dueña de la casa su historia de matrimonio. Abrió los ojos de Campusano a la mentira de Estefanía. 

Cuando Campusano visitó la casa de Doña Clementa, aseguró que ella era dueña de su casa. No dijo nada y salió de la casa. Campusano le dijo a su amigo Peralta que la presencia de Don Lope era motivo de su silencio. 

  Estefanía había robado cadenas de oro, joyas y adornos militares del baúl de Campusano.

Peralta lamentó la situación de Campusano. Campusano dijo que a él no le importaban las cosas robadas porque todas las cosas robadas valían unos diez escudos.

Campusano tuvo la suerte de escuchar a escondidas la conversación de dos perros durante la noche cuando recibió tratamiento en el Hospital de la Resurrección. Anotó su diálogo en el cuaderno. La historia terminó cuando Campusano le entregó este cuaderno a Peralta. El siguiente, “El diálogo de los perros”, consta de las notas de Campusano.


✏️ Sandra Salgado Mendoza

Nueva York, 1 de marzo de 2021