martes, 1 de noviembre de 2016

¡Grítalo, grítalo ya!


¡Gritales mi desvergüenza! 
¡Gritales mi deshonor!
¡Gritales que me he desnudado!
¡Grítalo, grítalo ya!

¡Grita que tengo el pecho enllagado, 
 y que no lo volvere a esconder jamás . 

¡Grita que me dejaràs libre,
qué soltarás mis cadenas,
qué secarás mi sudor,
qué curarás mis llagas, 
qué enterrarás las ortigas, 
qué quemarás los látigos, 
y qué sepultarás mis miedos 
con el grito estridente 
de una pala ancestral! 

¡Grítalo, grítalo ya!
¡Grita que me dejaràs morir!
¡Grítalo verdugo!  
¡Quiero morir, y más nunca volver a vivir! 
¡Mi pecho ya no quiere sufrir! 

¡Grita, grita, grita, 
hasta que se ensordezca mi pecho 
y caiga rendido ante este grito adolorido. 
¡Grítales este estribillo! 
¡Ha muerto, ha muerto, ha muerto ya! 



 

Nueva York, 1 de noviembre de 2016