Autobiografía de un esclavo
Juan Francisco Manzano
... ¡Gran perrazo!
Juan Manzano, te echaste a los pies del señor Marqués como hacen los perros cuando cuidan a sus amos. Y éste te dijo, “¡Gran perrazo!”.
Tú no eras un humano, eras un perro sin ladrar, sin
morder, muerto de hambre, pero fiel a tu amo.
Eras un esclavo, y los látigos de los amos te
dominaron con miedo la vida. Te destruyeron los sueños, creyendo que no te
dolían las heridas, que no tenías derecho a pensar y a sentir. Eras su
perro.
Yo sé que la vida no es perfecta, pero déjame
decirte que nunca serás libre de esta humanidad. Al fin y al cabo, todos
somos parientes, y en esta parentela humana, hay muchos que aún les corre
sangre de piel blanca déspota como el amo que tuviste.
¡Bienvenido a la raza humana! Te crees libre, pero
no te liberaste de todos los humanos que, aunque vayan camino a la morgue,
vuelven a nacer con un látigo en la mano.
¡Estás despierto! Hay un perro junto a tus pies. Eres humano.
SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 11 de octubre de 2020