“Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”
[Reacción personal]
El libro ¨Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia¨ me provocó toda una serie de emociones. Y, aunque la empatía, la fascinación y la inspiración eran bastante prominentes, también sentí ira e incluso repulsión. Sensaciones que fueron causadas por episodios detallados de extrema violencia, humillación y desigualdad racial contenidos en el libro.
Sin embargo, cuando el lector se enfrenta a leer estas injusticias tan grandes y tan graves, no puede dejar de sentirse traumatizado. El sentimiento, se ve exacerbado al darse cuenta de que no puede hacer algo para prevenir la continuación de la violencia o aliviar sus consecuencias.
Algunas imágenes del libro eran tan perturbadoras y desgarradoras que literalmente se quedaron conmigo para siempre conmigo, las aspiré y las enraicé.
Mis palabras, por supuesto, no deben interpretarse como un ataque a Rigoberta Menchú, al libro o a su autora. El libro es fascinante y tremendamente importante, pero el sentimiento de impotencia resultante es a la vez indignante y aleccionador. También es, paradójicamente, un lugar para la empatía: si leer sobre la vida de Rigoberta Menchú es tan difícil, quizás uno pueda comenzar a imaginar cómo se siente realmente vivirla.
SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 2 de noviembre de 2020