Orquídeas a la
luz de la luna
Carlos
Fuentes
Orquídeas a la
luz de la luna ofrece varias perspectivas en la construcción de los
personajes en lo ficcional y lo cinematográfico. Hay un entrecruzamiento entre
los personajes, dos mujeres que se sienten identificadas con María Félix y
Dolores del Río.
En el escenario, cada mujer poseerá un pequeño altar votivo en homenaje
a su persona: fotos, carteles de viejas películas, estatuillas y otros premios.
En el centro, delante de los vestuarios, habrá un excusado blanco con un
teléfono blanco encima de la tapa. El excusado representa lo que no está a la
luz de todos, donde se botan los excrementos, lo nauseabundo, lo horrible, es
algo muy íntimo, muy propio que cada una conoce. La vida no siempre va a ser
adoración sino también podredumbre.
“Ellas somos nosotras”. Supone a dos actrices que sueñan que son dos estrellas:
María Félix y Dolores del Río.
Wells y Welles, los dos están unidos
por las similitudes en sus nombres. El fan hace una imitación de Orson Welles
en la escena de la fiesta juvenil de Citizen Kane, su película más exitosa.
-Herbert George Wells. – Escritor. Autor de una novela de ciencia
ficción “La Guerra de los Mundos” adaptada 40 años más tarde por Welles como un
drama radiofónico.
-Orson Welles. - Actor, director y guionista. En alguna ocasión, se le
pidió que hablara sobre un drama radial, que se hizo notorio después de que
mucha gente que lo escuchaba creyera que no era un drama radial en absoluto,
sino un informe de noticias. En la novela, los marcianos invaden Londres, en el
drama radial, invaden los Estados Unidos y Welles, junto con su equipo del
Teatro Mercury, presentó la historia como una serie de "boletines de
noticias" interrumpiendo otro programa para informar a los oyentes de las
horribles noticias de última hora.
-Howard Hughes. - Es quien trata de darle la vuelta al mundo en un avión
de madera, pero se queda sin publicidad debido a Wells, Welles y la Cadena
Hearst por lo cual le ofrece a Welles Orson todo el dinero del mundo para hacer
Citizen Kane.
-William Randolph Hearst. – Welles duda entre hacer la parodia
anticipada de lo que será la vida futura de Howard Hughes mediante la parodia
de la vida actual de William Randolph Hearst burlándose así de los dos.
-Patty Hearst. - Una nietecita marciana que asalta un banco con
ametralladora en mano el mismo día en que Hughes huye en helicóptero de Managua
Nicaragua para morir de inanición.
Dolores se lamenta de que lleva sentada tomando su desayuno más de
media hora y nadie la ha reconocido. Antes la reconocían y le pedían
autógrafos. Además, en la cinemateca ya no les reservan los asientos de honor,
se sientan en la oscuridad. María Félix se lamenta de que ya nadie las recuerda
y que ya no son deseadas, ni tampoco les dedican boleros, ni charros, ni les
manden orquídeas y paté de hidroavión todas las tardes al Lago de Pátzcuaro.
María Félix representó el papel de la bellísima y tremenda Doña Bárbara,
una mujer terrible, capitana de una pandilla de bandoleros, encargados de
asesinar a mansalva a cuantos intentaran oponerse a sus designios. Una
devoradora, una bandida, una monja Alférez, una mujer sin alma. En cambio,
Dolores representó a María Candelaria, Ave del Paraíso, Carmen, Madame Du
Barry, niña de Guadalajara y también representó a una india de Xochimilco
caminando descalza.
En la noche
de la premiere, en Wilshire Boulevard y en Los Campos Elíseos había
reflectores, fotógrafos, cazautógrafos. Las actrices mostraban sus escotes,
vestían de perlas y zorros blancos. Los fans se dividían, unos preferían
mirarlas a ellas, mientras ellas se miraban a sí mismas en la pantalla. Esto
demuestra la fuerte necesidad de atención o excesiva admiración de parte de
ellas.
Ambas eran unas divas, actrices bellísimas de la Época de Oro del Cine
Mexicano. María Félix se destacó por su belleza, altivez y fuerte
personalidad. Dolores resaltaba por su elegancia, majestuosidad y garbo.
Félix era más realista mientras que Del Río se inclinaba hacia sus orígenes
étnicos y se negaba asumir la realidad.
Estas divas nunca
vivieron juntas en Venice. Solo María Félix volvió a Venice. En Hollywood,
Dolores tuvo que negar su hijo porque la delataba su edad, treinta, cuarenta
años, luchando contra el prejuicio de que la edad avanzaba y ella quería
continuar sintiéndose como una diosa. Ella no dejaba saber al mundo qué había
tenido un hijo. En aquella época las que hacían papeles de mujer fuerte no
dejaban saber al mundo que tenían un hijo, eso era para aquellas que se
quedaban en casa cuidando su hijo y a su familia.
María Félix decía que Venecia era un buen lugar para morir, no
quedaban huellas en el agua. La ciudad entera era un fantasma. Venecia nos les
pedía pruebas de que existieron. Ahí no sabrían nunca si habían muerto o no. En
Venecia si se asoma a la ventana se verá el Grand Canal y el paso de las
góndolas y las lanchas a motor, así lo veía Dolores a Venecia desde su
departamento en el Palazzo Mocenigo que fue el palacio de Lord Byron en
Venecia. Aunque en verdad la Venecia donde vivían era un mugre suburbio
de Los Angeles, California. Una Venecia de mentiritas, inventada por un gringo
chiflado para hacerle creer a los gringos bueyes que vivían en el segundo
Renacimiento. Tenía las columnas descascaradas, canales sepultados bajo la
basura, góndolas junto al carrusel y la montaña rusa, una Venecia
desgarriatada. Una Venecia en subasta. Lugar que habían llegado como unos
elefantes en busca de su cementerio cuando ya nadie las contrató en México.
La calavera
es la imagen de un muerto, y al decirles Diego Rivera que no tiene que
preocuparse de la edad porque tienen lindas calaveritas, dando a entender que
ya están mayores. Por lo tanto, casi muertas o más bien muertas porque ya
no están en todo su apogeo como divas, se las recordará como muertas lindas en
su tierra mexicana.
Durante su carrera
en Estados Unidos la encasillaron en cierto cliché porque los productores
invariablemente la interpretaron en papeles étnicos y exóticos, dándole papeles
en Hollywood como una campesina india, una campesina rusa, y aunque sus raíces étnicas y su herencia mexicana fueron usadas en las
películas, no desmerece que fuera una
de las mujeres más bellas que adornaron la pantalla estadounidense.
Para qué su hijo
pudiese ir a la escuela se tiró a las calles como mariposilla nocturna yendo a
trabajar en los cabarets haciendo el taconeo para poder pagarle los estudios de
abogado a su hijo.
Mientras ella se hacía vieja, su hijo crecía en
honor y promesa, alto y fuerte como un roble, digno de un rey que iba a casarse
con una emparentada con presidentes, generales, y que entraría en la sociedad
mexicana gracias a su sacrificio. Ella no pudo estar en la boda de su
hijo porque se consideraba una puta, una vieja, cojitranca, chimuela,
imbañable, sin seguro social en que caerse muerta, sin carta de crédito de
American Express mirando desde la calle casarse su hijo con una irlandesa.
A Dolores le deprime
saber que un antiguo amante muere antes que ella porque iban a pensar que era
más viejo que ella. Ella nunca había tenido un amante más viejo que
ella. Por lo tanto, no sería la viuda de nadie, y a todos sus hombres les
decía: “Nuestra vida comenzó en el instante en que nos conocimos”. En
cada nueva relación Dolores se sentía joven, tanto es así, que una vez mintió
su edad al casarse, contestando al juez cuando le preguntó cuántos años tenía y
ella contestó, veinte años, teniendo cincuenta y su marido cuarenta. Sentirse
joven la hacía feliz, era como estar lejos de la muerte y seguir siendo bella
como las que se casan por primera vez que tienen toda una vida por delante,
imaginando que no existe el pasado.
En los sets hacía mucho calor, y las
actrices se sentían encerradas, aisladas, asfixiadas con las luces de las
lámparas klieg. Eran como orquídeas quemadas por la luz de los
reflectores. Ellas pasaban tantas horas trabajando en el set que se
sentían tal cual una flor como orquídeas quemadas.
Sucede como a las orquídeas, al principio están
rozagantes, pero el mismo día que fueron cortadas saben que van hacia la
muerte, se pondrán viejas y marchitas. También, acerca de sus películas, apenas
se estrena una, ya viene en camino otra e irán quedando obsoletas. Lo mismo
sucede con una diva que está en el esplendor de su vida, cuando ésta se está
estrenando otra está naciendo, y la única forma de ser inmortal es a través del
mito. También ocurre con las grabaciones, que algún momento tuvieron lo es más
moderno, sin embargo, luego se vuelve primitivo.
María Félix se refiere que para llegar a ser dos reinas, unas divas,
unas diosas, primero tienen que pasar por la humillación, luego la gloria y
después el olvido. Por ejemplo, Dolores nunca le haría los mandados a un
hombre, plancharle las camisas, coserle los botones, guisarle los frijoles, eso
la convertiría en una víctima, sería una humillación. Y María Félix nunca
aceptó cargar un canasto, papel que le ofrecía Hollywood, ella no había nacido
para eso. La mujer tenía que ser liberal y disciplinada en su trabajo y en la
vida, y así alcanzaría la gloria, el éxito, la fama, los aplausos y admirada,
aunque el cariño viniera después. Y el olvido, es el triste final, más aún si
están vivas sintiéndose como si estuvieran muertas porque ya nadie las
recuerda, ni las reconocen, sus fanáticos las han olvidado y ya nadie las
contrata. Lo único que queda son las películas, que son como el perfume
que quedó de sus vidas.
A María Félix le quitaron su hijo. Sin embargo, siempre se dijo
que lo abandonó, y la consideraron una mujer sin alma. Dolores le canta “Mary
had a little lamb” en donde le dice que María nunca jugó con su niño, ni le
enseñó las primeras letras, ni rondas, ni adivinanzas y que fue una madre fría,
trastornada por el éxito, egoísta, perversa, una mexicana que putas vendía, y
que cuántas veces el bebé gordito la encontró en brazos de un hombre que no era
su padre. Es decir, que fue una madre ausente en la educación de su
hijo.
La madre no aparece, sin embargo, es mencionada varias veces. Se sabe
que la mamá está viva porque ellas tienen mucho cuidado de que ésta entre a la
habitación y lea el periódico, ya que no soporta enterarse de muertes ajenas,
por ello, es preferible hacer trizas el periódico y echarlo por el
retrete.
Inicialmente, su mamá no entiende que ya están grandecitas para actuar
solas, ni tampoco que ellas son de orígenes disímiles ya que los padres podrían
ser distintos. Al principio, ellas evitan que su mamá lea el periódico porque
se pondría triste si lee las esquelas de los contemporáneos. Entonces, es
preferible que ignore que hay gente más joven que ella que se muere todo el
tiempo, gente de su misma edad que se muere, aunque de verdad va a sufrir
ignorando que la gente muere cuando se entere algún día de que no queda nadie
en el mundo, nadie más que ella, sola, su mamá. Nadie, ni siquiera ellas
se enterarían. Por lo tanto, la venganza de ellas sería morir antes que
ella. La verdad es que la mamá, ya las da por muertas, y es así como ellas se
están sintiendo cuando ya nadie las recuerda. Incluso les duele saber que su
mamá ya las ha olvidado. Entonces, a Dolores ya no le importa que se su mamá
sufra si son más viejos que ella los que mueren, ya que la mamá dice que ambas
están locas. Finalmente, le pide a María cuando está agonizando que le
tenga confianza, que a la mamá si le va a importar que mueran.
Cada una de ellas tienen un altar desde niñas, allí guardan en sus
cajones sus recuerdos, ilusiones y rezos. Allí está el secreto.
Ella vive en el piso
superior del mismo departamento y las niñas cuidan de que no las oigan, manteniendo
la distancia.
No sobrevivirlas,
sino sobrevivirse. Por eso, ellas quieren que las oiga en el piso de arriba,
que escuche sus voces y muera poquito a poco, en su silla de ruedas, vestida de
china poblana, la vieja atroz, que creía que podía quitarles la vida que ella
les dio, la cortesana santurrona, la más vieja de todos los muertos, que se
muriera de rabia oyéndolas y creyendo que seguían vivas, representando la vida
amorosa. La madre prefería que ellas no crecieran, así ella no se moriría
primero que ellas.
El Fan es el autor de las notas necrológicas de Los Angeles Times. Es
un periodista que escribe sobre las personas que han muerto. Es quien les va a
escribir la esquela fúnebre de Dolores.
Siendo un
periodista de notas necrológicas, pretende llevarse la primicia en el periódico
Los Angeles Times, pues ya están viejas, cerca de la muerte, y su propósito es
obtener datos sórdidos e interesantes de la vida de ellas, sobre todo de
Dolores, y la manera de conseguirlo, es ganándose su confianza, mostrándose
como un fan asiduo, y así, a través de coqueteos y admiración conseguir más
información sobre la vida de Dolores, aunque en el fondo, él viene con
intenciones peligrosas para revelar el oscuro pasado de Dolores acerca de un
film pornográfico que lo tiene en sus manos, lo cual le preocupa a Dolores que
no se divulgue esa película porque acabaría con su buena reputación.
El Fan ha venido hasta donde ellas con el propósito de chantajearlas con
su inmundicia y su porquería enlatada, diciendo que una de ellas va a ser
destronada apenas ponga en circulación el cortometraje de “Popeye y Olivia”.
Entonces, Dolores le pregunta que cuánto quiere a cambio de la copia, éste le
dice que son muchas, pero Dolores dice que están dispuestas a comprarlas todas.
El Fan dice que quiere casarse con Dolores, la convence y se van juntos.
El Fan seduce a Dolores y consigue separarla de María Félix y se van de
la casa. Sin embargo, al enterarse Dolores a través de una llamada telefónica
que María Félix está agonizando recostada encima del retrete, enferma, pero se
levanta y exclama qué no se quiere morir, todavía no. Dolores vuelve corriendo
a casa de donde nunca debieron separarse, pero antes le dice que le diga al
novio que tiene chamba para mañana, esto significa que va a morir. Dolores le
promete que va a matar al marranito, que van a matar al cerdo, y así el mundo
no podrá enterarse de que María Félix ha muerto, por lo tanto, su mamá tampoco
lo sabrá. No habrá ceremonia fúnebre de María Bonita porque es belleza inmortal
y que tan solo Dolores asistirá a su entierro.
La versión que canta el Fan de “Mary had a little lamb” es la canción de un film pornográfico de mediados de los años
treinta que estaba olvidado en los viejos archivos de Los Angeles Times,
heredado por los ejecutivos, revela que la muchachita olvidada que huyó a
México de juventud perdida, podrida y apestosa, hoy sería un vejestorio,
convirtiéndose esto en un insulto, una manera de desenmascarar la verdadera
vida de una diva.
✏️ SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva
York, 5 de mayo de 2020
Imagen de Albert Koetsier X-ray