martes, 19 de mayo de 2020

ORQUÍDEAS A LA LUZ DE LA LUNA. - ✏️ Carlos Fuentes. [Análisis]




Orquídeas a la luz de la luna


Carlos Fuentes


Orquídeas a la luz de la luna ofrece varias perspectivas en la construcción de los personajes en lo ficcional y lo cinematográfico. Hay un entrecruzamiento entre los personajes, dos mujeres que se sienten identificadas con María Félix y Dolores del Río.
En el escenario, cada mujer poseerá un pequeño altar votivo en homenaje a su persona: fotos, carteles de viejas películas, estatuillas y otros premios. En el centro, delante de los vestuarios, habrá un excusado blanco con un teléfono blanco encima de la tapa. El excusado representa lo que no está a la luz de todos, donde se botan los excrementos, lo nauseabundo, lo horrible, es algo muy íntimo, muy propio que cada una conoce. La vida no siempre va a ser adoración sino también podredumbre.
“Ellas somos nosotras”. Supone a dos actrices que sueñan que son dos estrellas: María Félix y Dolores del Río.
Wells y Welles, los dos están unidos por las similitudes en sus nombres. El fan hace una imitación de Orson Welles en la escena de la fiesta juvenil de Citizen Kane, su película más exitosa.
-Herbert George Wells. – Escritor. Autor de una novela de ciencia ficción “La Guerra de los Mundos” adaptada 40 años más tarde por Welles como un drama radiofónico.
-Orson Welles. - Actor, director y guionista. En alguna ocasión, se le pidió que hablara sobre un drama radial, que se hizo notorio después de que mucha gente que lo escuchaba creyera que no era un drama radial en absoluto, sino un informe de noticias. En la novela, los marcianos invaden Londres, en el drama radial, invaden los Estados Unidos y Welles, junto con su equipo del Teatro Mercury, presentó la historia como una serie de "boletines de noticias" interrumpiendo otro programa para informar a los oyentes de las horribles noticias de última hora.
-Howard Hughes. - Es quien trata de darle la vuelta al mundo en un avión de madera, pero se queda sin publicidad debido a Wells, Welles y la Cadena Hearst por lo cual le ofrece a Welles Orson todo el dinero del mundo para hacer Citizen Kane.
-William Randolph Hearst. – Welles duda entre hacer la parodia anticipada de lo que será la vida futura de Howard Hughes mediante la parodia de la vida actual de William Randolph Hearst burlándose así de los dos.
-Patty Hearst. - Una nietecita marciana que asalta un banco con ametralladora en mano el mismo día en que Hughes huye en helicóptero de Managua Nicaragua para morir de inanición.
Dolores se lamenta de que lleva sentada tomando su desayuno más de media hora y nadie la ha reconocido. Antes la reconocían y le pedían autógrafos. Además, en la cinemateca ya no les reservan los asientos de honor, se sientan en la oscuridad. María Félix se lamenta de que ya nadie las recuerda y que ya no son deseadas, ni tampoco les dedican boleros, ni charros, ni les manden orquídeas y paté de hidroavión todas las tardes al Lago de Pátzcuaro. 
María Félix representó el papel de la bellísima y tremenda Doña Bárbara, una mujer terrible, capitana de una pandilla de bandoleros, encargados de asesinar a mansalva a cuantos intentaran oponerse a sus designios. Una devoradora, una bandida, una monja Alférez, una mujer sin alma. En cambio, Dolores representó a María Candelaria, Ave del Paraíso, Carmen, Madame Du Barry, niña de Guadalajara y también representó a una india de Xochimilco caminando descalza. 
En la noche de la premiere, en Wilshire Boulevard y en Los Campos Elíseos había reflectores, fotógrafos, cazautógrafos.  Las actrices mostraban sus escotes, vestían de perlas y zorros blancos.  Los fans se dividían, unos preferían mirarlas a ellas, mientras ellas se miraban a sí mismas en la pantalla.  Esto demuestra la fuerte necesidad de atención o excesiva admiración de parte de ellas.
Ambas eran unas divas, actrices bellísimas de la Época de Oro del Cine Mexicano. María Félix se destacó por su belleza, altivez y fuerte personalidad.  Dolores resaltaba por su elegancia, majestuosidad y garbo. Félix era más realista mientras que Del Río se inclinaba hacia sus orígenes étnicos y se negaba asumir la realidad.  
Estas divas nunca vivieron juntas en Venice. Solo María Félix volvió a Venice. En Hollywood, Dolores tuvo que negar su hijo porque la delataba su edad, treinta, cuarenta años, luchando contra el prejuicio de que la edad avanzaba y ella quería continuar sintiéndose como una diosa. Ella no dejaba saber al mundo qué había tenido un hijo. En aquella época las que hacían papeles de mujer fuerte no dejaban saber al mundo que tenían un hijo, eso era para aquellas que se quedaban en casa cuidando su hijo y a su familia. 
María Félix decía que Venecia era un buen lugar para morir, no quedaban huellas en el agua. La ciudad entera era un fantasma. Venecia nos les pedía pruebas de que existieron. Ahí no sabrían nunca si habían muerto o no. En Venecia si se asoma a la ventana se verá el Grand Canal y el paso de las góndolas y las lanchas a motor, así lo veía Dolores a Venecia desde su departamento en el Palazzo Mocenigo que fue el palacio de Lord Byron en Venecia.  Aunque en verdad la Venecia donde vivían era un mugre suburbio de Los Angeles, California. Una Venecia de mentiritas, inventada por un gringo chiflado para hacerle creer a los gringos bueyes que vivían en el segundo Renacimiento. Tenía las columnas descascaradas, canales sepultados bajo la basura, góndolas junto al carrusel y la montaña rusa, una Venecia desgarriatada. Una Venecia en subasta.  Lugar que habían llegado como unos elefantes en busca de su cementerio cuando ya nadie las contrató en México.
La calavera es la imagen de un muerto, y al decirles Diego Rivera que no tiene que preocuparse de la edad porque tienen lindas calaveritas, dando a entender que ya están mayores. Por lo tanto, casi muertas o más bien muertas porque ya no están en todo su apogeo como divas, se las recordará como muertas lindas en su tierra mexicana.
Durante su carrera en Estados Unidos la encasillaron en cierto cliché porque los productores invariablemente la interpretaron en papeles étnicos y exóticos, dándole papeles en Hollywood como una campesina india, una campesina rusa, y aunque sus raíces étnicas y su herencia mexicana fueron usadas en las películas, no desmerece que fuera una de las mujeres más bellas que adornaron la pantalla estadounidense.
Para qué su hijo pudiese ir a la escuela se tiró a las calles como mariposilla nocturna yendo a trabajar en los cabarets haciendo el taconeo para poder pagarle los estudios de abogado a su hijo.  
Mientras ella se hacía vieja, su hijo crecía en honor y promesa, alto y fuerte como un roble, digno de un rey que iba a casarse con una emparentada con presidentes, generales, y que entraría en la sociedad mexicana gracias a su sacrificio.  Ella no pudo estar en la boda de su hijo porque se consideraba una puta, una vieja, cojitranca, chimuela, imbañable, sin seguro social en que caerse muerta, sin carta de crédito de American Express mirando desde la calle casarse su hijo con una irlandesa.
A Dolores le deprime saber que un antiguo amante muere antes que ella porque iban a pensar que era más viejo que ella.  Ella nunca había tenido un amante más viejo que ella.  Por lo tanto, no sería la viuda de nadie, y a todos sus hombres les decía: “Nuestra vida comenzó en el instante en que nos conocimos”.  En cada nueva relación Dolores se sentía joven, tanto es así, que una vez mintió su edad al casarse, contestando al juez cuando le preguntó cuántos años tenía y ella contestó, veinte años, teniendo cincuenta y su marido cuarenta. Sentirse joven la hacía feliz, era como estar lejos de la muerte y seguir siendo bella como las que se casan por primera vez que tienen toda una vida por delante, imaginando que no existe el pasado. 
En los sets hacía mucho calor, y las actrices se sentían encerradas, aisladas, asfixiadas con las luces de las lámparas klieg.  Eran como orquídeas quemadas por la luz de los reflectores.  Ellas pasaban tantas horas trabajando en el set que se sentían tal cual una flor como orquídeas quemadas.
Sucede como a las orquídeas, al principio están rozagantes, pero el mismo día que fueron cortadas saben que van hacia la muerte, se pondrán viejas y marchitas. También, acerca de sus películas, apenas se estrena una, ya viene en camino otra e irán quedando obsoletas. Lo mismo sucede con una diva que está en el esplendor de su vida, cuando ésta se está estrenando otra está naciendo, y la única forma de ser inmortal es a través del mito. También ocurre con las grabaciones, que algún momento tuvieron lo es más moderno, sin embargo, luego se vuelve primitivo.
María Félix se refiere que para llegar a ser dos reinas, unas divas, unas diosas, primero tienen que pasar por la humillación, luego la gloria y después el olvido.  Por ejemplo, Dolores nunca le haría los mandados a un hombre, plancharle las camisas, coserle los botones, guisarle los frijoles, eso la convertiría en una víctima, sería una humillación. Y María Félix nunca aceptó cargar un canasto, papel que le ofrecía Hollywood, ella no había nacido para eso. La mujer tenía que ser liberal y disciplinada en su trabajo y en la vida, y así alcanzaría la gloria, el éxito, la fama, los aplausos y admirada, aunque el cariño viniera después. Y el olvido, es el triste final, más aún si están vivas sintiéndose como si estuvieran muertas porque ya nadie las recuerda, ni las reconocen, sus fanáticos las han olvidado y ya nadie las contrata.  Lo único que queda son las películas, que son como el perfume que quedó de sus vidas. 
A María Félix le quitaron su hijo.  Sin embargo, siempre se dijo que lo abandonó, y la consideraron una mujer sin alma. Dolores le canta “Mary had a little lamb” en donde le dice que María nunca jugó con su niño, ni le enseñó las primeras letras, ni rondas, ni adivinanzas y que fue una madre fría, trastornada por el éxito, egoísta, perversa, una mexicana que putas vendía, y que cuántas veces el bebé gordito la encontró en brazos de un hombre que no era su padre. Es decir, que fue una madre ausente en la educación de su hijo.  
La madre no aparece, sin embargo, es mencionada varias veces. Se sabe que la mamá está viva porque ellas tienen mucho cuidado de que ésta entre a la habitación y lea el periódico, ya que no soporta enterarse de muertes ajenas, por ello, es preferible hacer trizas el periódico y echarlo por el retrete. 
Inicialmente, su mamá no entiende que ya están grandecitas para actuar solas, ni tampoco que ellas son de orígenes disímiles ya que los padres podrían ser distintos. Al principio, ellas evitan que su mamá lea el periódico porque se pondría triste si lee las esquelas de los contemporáneos.  Entonces, es preferible que ignore que hay gente más joven que ella que se muere todo el tiempo, gente de su misma edad que se muere, aunque de verdad va a sufrir ignorando que la gente muere cuando se entere algún día de que no queda nadie en el mundo, nadie más que ella, sola, su mamá.  Nadie, ni siquiera ellas se enterarían.  Por lo tanto, la venganza de ellas sería morir antes que ella. La verdad es que la mamá, ya las da por muertas, y es así como ellas se están sintiendo cuando ya nadie las recuerda. Incluso les duele saber que su mamá ya las ha olvidado. Entonces, a Dolores ya no le importa que se su mamá sufra si son más viejos que ella los que mueren, ya que la mamá dice que ambas están locas.  Finalmente, le pide a María cuando está agonizando que le tenga confianza, que a la mamá si le va a importar que mueran.
Cada una de ellas tienen un altar desde niñas, allí guardan en sus cajones sus recuerdos, ilusiones y rezos.  Allí está el secreto.
Ella vive en el piso superior del mismo departamento y las niñas cuidan de que no las oigan, manteniendo la distancia.
No sobrevivirlas, sino sobrevivirse. Por eso, ellas quieren que las oiga en el piso de arriba, que escuche sus voces y muera poquito a poco, en su silla de ruedas, vestida de china poblana, la vieja atroz, que creía que podía quitarles la vida que ella les dio, la cortesana santurrona, la más vieja de todos los muertos, que se muriera de rabia oyéndolas y creyendo que seguían vivas, representando la vida amorosa.  La madre prefería que ellas no crecieran, así ella no se moriría primero que ellas. 
El Fan es el autor de las notas necrológicas de Los Angeles Times. Es un periodista que escribe sobre las personas que han muerto. Es quien les va a escribir la esquela fúnebre de Dolores. 
Siendo un periodista de notas necrológicas, pretende llevarse la primicia en el periódico Los Angeles Times, pues ya están viejas, cerca de la muerte, y su propósito es obtener datos sórdidos e interesantes de la vida de ellas, sobre todo de Dolores, y la manera de conseguirlo, es ganándose su confianza, mostrándose como un fan asiduo, y así, a través de coqueteos y admiración conseguir más información sobre la vida de Dolores, aunque en el fondo, él viene con intenciones peligrosas para revelar el oscuro pasado de Dolores acerca de un film pornográfico que lo tiene en sus manos, lo cual le preocupa a Dolores que no se divulgue esa película porque acabaría con su buena reputación. 
El Fan ha venido hasta donde ellas con el propósito de chantajearlas con su inmundicia y su porquería enlatada, diciendo que una de ellas va a ser destronada apenas ponga en circulación el cortometraje de “Popeye y Olivia”.  Entonces, Dolores le pregunta que cuánto quiere a cambio de la copia, éste le dice que son muchas, pero Dolores dice que están dispuestas a comprarlas todas. El Fan dice que quiere casarse con Dolores, la convence y se van juntos. 
El Fan seduce a Dolores y consigue separarla de María Félix y se van de la casa. Sin embargo, al enterarse Dolores a través de una llamada telefónica que María Félix está agonizando recostada encima del retrete, enferma, pero se levanta y exclama qué no se quiere morir, todavía no. Dolores vuelve corriendo a casa de donde nunca debieron separarse, pero antes le dice que le diga al novio que tiene chamba para mañana, esto significa que va a morir. Dolores le promete que va a matar al marranito, que van a matar al cerdo, y así el mundo no podrá enterarse de que María Félix ha muerto, por lo tanto, su mamá tampoco lo sabrá. No habrá ceremonia fúnebre de María Bonita porque es belleza inmortal y que tan solo Dolores asistirá a su entierro. 
La versión que canta el Fan de “Mary had a little lamb” es la canción de un film pornográfico de mediados de los años treinta que estaba olvidado en los viejos archivos de Los Angeles Times, heredado por los ejecutivos, revela que la muchachita olvidada que huyó a México de juventud perdida, podrida y apestosa, hoy sería un vejestorio, convirtiéndose esto en un insulto, una manera de desenmascarar la verdadera vida de una diva.


✏️ SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 5 de mayo de 2020

Imagen de Albert Koetsier X-ray