Era una tarde muy bonita, y allí estaba ella abrigadita con un suetercito de canela amasando con sus manitas el pan. Estaban las risas, los consejos, y en su memoria la receta de antaño de su mamá, y yo sentada junto a ella miraba como partía despacito un pedacito de pan. ¡Oh, qué tarde tan bonita! ¡He visto sonreír a mamá!.
SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 11 de diciembre de 2017.