CASTIGO
En la mitad de tu corazón, encontré gusarapos
con deseos de devorar mi abominable veneno,
pero por haberte marchado de tu inservible pocilga
sin la venia de mi tribunal, castigaré tus arterias
para que sean las serpientes, quienes supuren
tus gusanos moribundos, hambrientos
del aliento de mi venerada lujuria.
Por: SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 10 enero de 2012
Imagen: Alexandre-Denis-Abel de Pujol, Ixion Enchained in Tartarus, 1824