domingo, 1 de noviembre de 2020

“Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”. ✏️ [Reacción personal]




“Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”

 [Reacción personal]

Mi voz,
y no la de los vencidos, 
hoy quiero dejarla plasmada con inmortalidad.


El libro ¨Me llamo Rigoberta Menchú ​​y así me nació la  conciencia¨ me provocó toda una serie de emociones. Y, aunque la empatía, la fascinación y la inspiración eran bastante prominentes, también sentí ira e incluso repulsión. Sensaciones que fueron causadas por episodios detallados de extrema violencia, humillación y desigualdad racial contenidos en el libro. 


En el nivel de la lógica y la composición, me doy cuenta de que el relato de Rigoberta Menchú tenía que ser gráfico para hacer que su público comprenda la gravedad y el horror de las circunstancias de la vida de la heroína principal y su gente.

Sin embargo, cuando  el lector se enfrenta a leer estas injusticias tan grandes y tan graves, no puede dejar de sentirse traumatizado. El sentimiento, se ve exacerbado al darse cuenta de que no puede hacer algo para prevenir la continuación de la violencia o aliviar sus consecuencias. 


Algunas imágenes del libro eran tan perturbadoras y desgarradoras que literalmente se quedaron conmigo para siempre conmigo, las aspiré y las enraicé


Mis palabras, por supuesto, no deben interpretarse como un ataque a Rigoberta Menchú, al libro o a su autora. El libro es fascinante y tremendamente importante, pero el sentimiento de impotencia resultante es a la vez indignante y aleccionador. También es, paradójicamente, un lugar para la empatía: si leer sobre la vida de Rigoberta Menchú es tan difícil, quizás uno pueda comenzar a imaginar cómo se siente realmente vivirla.





SANDRA SALGADO MENDOZA

Nueva York, 2 de noviembre de 2020