El discurso del Premio Nobel de Rigoberta Menchú Tum
Con la ropa tradicional de Guatemala, Rigoberta Menchú se levantó de la multitud para recibir el prestigioso Premio Nobel. Parecía encantada y honrada de haber recibido el premio debido a su trabajo ejemplar en la lucha por los derechos de los oprimidos en Guatemala. Además, cuando toma el podio para dirigirse a la audiencia, se expresa en castellano claro y elocuente ("El Premio Nobel"). Rigoberta reconoce la presencia del Rey y la Reina de Noruega, los miembros del Comité Nobel de la Paz, el primer ministro y todos los invitados como un gesto de agradecimiento a quienes reconocieron su trabajo como activista. Menchú representa una profunda satisfacción personal y orgullo hacia el reconocimiento.
Además, ella transmite sus profundos sentimientos por su nación, su gente y su cultura tradicional. Tranquila y digna, sus expresiones revelan que el premio tiene un inmenso significado para ella, ya que ha luchado para garantizar la paz, la dignidad y los derechos humanos de sus compañeros guatemaltecos. Dedicando el premio a su país, Menchú señala que el honor es una victoria para su país y su cultura ("El Premio Nobel"). Ella percibe el premio como una victoria en la lucha por los derechos humanos y por las libertades de las personas indígenas que han sido víctimas de discriminación y opresión continua.
El Premio Nobel significa mucho para Menchú y el pueblo de Guatemala. Reitera que se instituyó para fomentar la paz y la armonía entre las comunidades y pide a todos en el mundo que se comporten y actúen de acuerdo con lo que representa. Además, es una validación de las luchas de la líder y un instrumento para continuar su lucha por la justicia, la paz y la libertad de quienes sufren las desigualdades sociales, políticas, culturales y económicas ("El Premio Nobel"). El premio es, por lo tanto, una herramienta para combatir la opresión de cualquier tipo en las sociedades de todo el mundo.
El premio Nobel representa un abanderado que motiva y alienta a las personas a continuar condenando las violaciones y abusos a los derechos humanos cometidos contra los habitantes de Guatemala y otras partes del mundo ("El Premio Nobel"). En consecuencia, el reconocimiento jugará un papel tremendo en la búsqueda de Guatemala por la justicia social y la paz.
El Premio Nobel simboliza la paz y los esfuerzos por establecer una democracia real y activa en la nación. Hará que las sociedades civiles sean valientes para condenar cualquier tipo de discriminación. Más aún, puede contribuir a los procesos de negociación que buscan justicia y paz, y reflejan las percepciones generales que muchas personas en Guatemala temen expresar ("El Premio Nobel"). A su vez, el Premio Nobel ayudará a contribuir a los desarrollos legales y políticos en Guatemala, que han sido difíciles de alcanzar durante muchos años. Por lo tanto, el premio constituye esperanza y positividad en la lucha de los oprimidos y explotados en Guatemala y en todo el mundo.
El Premio Nobel es un signo de victoria para los pueblos de América que aún luchan por el respeto de los derechos humanos y buscan estabilidad socioeconómica y política, así como una integración basada en el respeto mutuo y la democracia ("El Premio Nobel"). Las personas envueltas en una lucha contínua por la liberación pueden percibir el premio como una victoria, ya que simboliza que el respeto por la humanidad supera cualquier explotación y abuso gubernamental.
El premio influyó en la recepción del testimonio de Rigoberta Menchú en un sentido emocional. Ella sintió que había logrado su objetivo como activista de derechos humanos. Durante su lucha por una sociedad igualitaria, Menchú experimentó numerosos desafíos; sin embargo, esto no la disuadió de luchar por lo que creía correcto ("El Premio Nobel"). El hecho es evidente en su discurso de recepción cuando califica el premio como una victoria contra la opresión y discriminación global.
Rigoberta Menchú merece el premio, ya que ha sufrido sufrimientos y reacciones violentas continuas por parte del gobierno, pero ha demostrado ser resistente y continúa trabajando para los oprimidos y marginados. Es significativo que la fecha en la que recibió el Premio de la Paz coincide con el quinto centenario del descubrimiento de América por parte de Colón. La fecha significa un renacimiento de la esperanza para la libertad de los oprimidos y el refuerzo de las identidades culturales de las comunidades indígenas.
Rigoberta definitivamente puede expresar sus puntos de vista a pesar de que es una subordinada. El hecho de que el mundo se dé cuenta de la importancia de los derechos humanos y la dignidad y de terminar con la discriminación y la marginación basada en la raza, la cultura y el género hace posible que Rigoberta se exprese sin temor. Además, el Premio Nobel de la Paz le otorga el derecho de hablar contra la opresión en una plataforma global. El premio del Comité Nobel a Rigoberta muestra que la fuerza y el coraje para luchar por la injusticia y la reconciliación no reconocen el estatus social de una persona.
Creo que el discurso fue conmovedor y notable, ya que dilucidó sistemáticamente los eventos que ocurren en un mundo complejo e injusto. Subrayó la necesidad de una coexistencia armoniosa entre las personas, independientemente de su cultura o raza. Además, el hecho de que Rigoberta tuvo que dejar el premio en México debido a que Guatemala era políticamente inestable fue desafortunado. Habría simbolizado una gran victoria para los ciudadanos oprimidos si ella hubiera ido a su país con el honor.
SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 26 de diciembre de 2018
Cita
The Nobel Prize. Award Ceremony Speech. https://www.nobelprize.org/prizes/peace/1992/ceremony-speech/. Accedido 5 diciembre 2018.