¡QUÉ VIVA GUAYAQUIL!
Era tempranito en la mañana, y entre abrazos y una maleta de consejos de mis padres despedí. En la boletería compré un asiento anónimo de la FBI, crucé el puente, y con veintiún años a cuestas, me independicé en Guayaquil.
Vivía en un pensionado de señoritas estudiantes y de la universidad me gradué. Inmediatamente, conseguí otro trabajo, valiosos amigos y conocí al hombre maravilloso con quien me casé. ¡Te debo tanto, Guayaquil!
Hoy, 9 de octubre, la provincia está
de fiesta. Por ello, desde este aposento extranjero junto a mi cuaderno de
inmigrante y mirando a un cielo prestado, te digo con fervor: ¡Qué viva el
Guayas, y qué viva Guayaquil!.
“¡Al Guayas, al
Guayas,
venga, venga,
Guayaquil,
Guayaquil!”.
SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 9 de octubre de
2020