martes, 15 de octubre de 2019

EL DINOSAURIO. - ✏️ Augusto Monterroso




 

EL DINOSAURIO

 Augusto Monterroso

Análisis del cuento


    El dinosaurio de Augusto Monterroso, “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, es una historia corta que comprende una oración de siete palabras. La breve naturaleza del texto desafía la estructura de una historia corta y permite que la imaginación del lector y la recepción de la historia se conviertan en un punto focal en la narración. La primera parte, "Cuando despertó", esta sección no especifica el personaje del que se habla, y a qué se refiere Monterroso. La falta de especificación y detalles deja al lector en suspenso y crea un interés en lo que está hablando Monterroso, a quién se refiere y la dirección que tomará la historia.

    La historia continúa con la declaración "el dinosaurio todavía estaba allí".  En este punto, hay varias preguntas planteadas en la mente de un lector. Un lector se pregunta si el dinosaurio es el tema de la historia o si hay otro personaje principal en la historia. Si un lector llega a la conclusión de que hay otro personaje en la historia, entonces se desconoce el género del personaje. Un lector también puede preguntarse si la historia se usa metafóricamente para referirse a una situación en la vida real o si el escritor está contando una historia ficticia.

    Luego, al dejar al lector en una profuda reflexión, podría considerar al personaje principal como un joven masculino que se despierta de su sueño. Mientras duerme, el niño sueña con días mejores y un mundo sin problemas ni tribulaciones. En el mundo real, el joven experimenta muchas dificultades y problemas. El único lugar donde encuentra paz y felicidad es en sus sueños y fantasías. Estos son los únicos lugares donde no tiene problemas y donde puede vivir felizmente.

    El joven luego se despierta de su sueño y es cuando el niño comprende gradualmente su entorno. Lentamente, asimila su ámbito problemático, dándose cuenta de que solo estaba dormido y que sus sueños eran solo fantasías y no una representación del mundo real. Los sueños y las fantasías de un mundo mejor y una realidad en aumento se hacen añicos ya que ahora está completamente despierto. Los recuerdos de su realidad comienzan a desvanecerse. Todavía no tiene hogar y duerme en las calles. El dinosaurio en la historia se refiere simbólicamente a la realidad del niño y al sufrimiento que enfrenta.

    El niño concluye que incluso si intenta perderse en sus sueños y fantasías para escapar de los problemas y adversidades de la vida, su realidad sigue siendo la misma. No puede escapar de sus problemas durmiendo y soñando. Se da cuenta de que después de dormir, todo sigue igual al despertar. En la vida, hay muchas veces cuando uno trata de escapar de su realidad a través de diferentes medios. La única forma de enfrentar el "dinosaurio" ante los problemas de la vida es lidiar con estos desafíos directamente sin tratar de escapar de la realidad. Cuando no se resuelven o resuelven los problemas, la realidad sigue siendo la misma y se permite que el "dinosaurio" persista.



SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 15 de octubre de 2019
Fotografía: Daniel Sánchez

viernes, 11 de octubre de 2019

EL CUADERNO. - ✏️

 

 

 

EL CUADERNO

Cuento


    Dicen que vive sola, que no tiene amigos, cuando despierta no tiene con quien hablar, y que en las noches deambula con un cuaderno por algún bar.

    Ven conmigo hala tu blusa y mete tu voz en el pecho pero solo en la piel, no en el corazón, y no dejes que te mire los labios.  Ella acaba de entrar, son las ocho de la noche y es puntual, ha venido otra vez a robar, trae lo de siempre, un cuaderno y una flor, no la mires, si lo haces te robará y quedarás muda, créemelo quedarás estupefacta.

    Y tú como te llamas, tienes un nombre o tienes dos, dime como te llamaba tu madre cuando eras niña; estás muy callada, no has dicho ni una palabra, a cuál tribu perteneces, ya sé, vienes de esos mundos donde la gente no conversa, ni se mira, ni se tocan frente a frente; ni escriben, ni leen en papel, sabes aquí las mujeres entran con cuadernos a cualquier bar, ¿y en el tuyo?.

    Disculpa, no me he presentado, mi nombre es, no lo recuerdo, solo sé que de niña mi madre me llamaba, no sé que pasa conmigo, sigo sin poder recordar, mas si recuerdo que ella desenredaba mi cabello cada mañana antes de yo ir a la escuela y llevaba entre mis manitos un cuaderno, en la pasta estaba mi nombre, no sé que se hizo ese cuaderno.  ¿Has visto alguna vez un cuaderno?.  En fin, cuando llegaba la hora del recreo yo jugaba con mis amigas, una se llamaba, empezaba con la letra, que pena tampoco lo recuerdo.

    En una ocasión, vi mis manos manchadas, fue el día que empecé a escribir en el cuaderno sin líneas, yo tenía una pluma de tinta roja mas un día la perdí, con ella anotaba los primeros y los segundos nombres, mi lista era interminable, mas un día los nombres comenzaron a escasear y tuve que comenzar a robar, me volví coleccionista no de palabras, sino de nombres.

    El primer nombre de mi lista era el de mi madre, a veces creo que yo tuve su mismo nombre, en ese cuaderno estaban los nombres de mis amigas de ocho añitos, mis maestros de  ortografía y gramática, mis poetas muertos, mis pianistas sordos, y mis pintores mancos, mis gatos pardos, y hasta los nombres de mis muñecas rubias, mis padrinos de bautizo, los Papas de la Sixtina, los oradores de réquiem y mis dioses sin iglesia, los jardineros de Monet y los retratos de pared.

    No quiero cansarte más, solo quiero que le pongas tu nombre a esta flor y te dejaré en paz, mañana regresaré en la noche a las ocho a preguntar el nombre de quien cierra este bar.


SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 11 de octubre de 2019
Fotografía: Kris Sanford