viernes, 30 de septiembre de 2016

"La tristeza de la muralla"


 


Hoy llegó una carta, hace mucho tiempo que no recibía una. Me has escrito diciendo, “Si no tardas,  te esperaré toda la vida”. Desde las tinieblas te contesto diciendo, yo por tí, destrozaré este muro de tristeza, mis manos se llenarán de llagas, y sangrarán de dolor.  Llevo prisa, quiero volver a vivir,  deslumbrarme con el arcoiris, abrazar la vida, y comenzar de nuevo.

Espero no tardar mucho en llegar, quiero ver contigo las estrellas brillar. Espérame,  y no dejes que el cielo se apague. No quiero que esta mortífera desdicha me arrastre a la demencia, y sus garras me lanzen al abismo de la infelicidad.

¡Qué pesar! Yo mismo construí  con mis manos la dureza de esta muralla, con esta piel que se ha tornado áspera como una roca, acongojada en el silencio que sólo vive de recuerdos. 

Si supieras cuán elocuentes fueron los gritos en ese silencio. Mas, al no escuchar  mis suspiros, mis ilusiones maté. Al no escuchar mis latidos, mi corazón se exacerbó, y al no escuchar mis pasos, la soledad me hundió.

¡Oh! muralla silenciosa y fría, encontré solo obscuridad en mi lecho, los faros se apagaron, no hay velas encendidas, no hay luz de luna, sólo hay un sepulcro abandonado.

Mi voz se enmudeció al hablar de amor, la esperanza de amar y ser amada la perdí, la fe nunca más  me visitó, la paciencia me olvidó, el coraje se rindió, la paz no me acompañó, la pasión se alejó, la fuerza se debilitó, la belleza envejeció, la libertad, mi libertad se escondió. ¡No me esperes más, tardaré mucho en llegar, la tristeza de mi muralla, no me deja escapar! 

Nueva York, 6 de febrero de 2014

¡Qué asquerosa va mi pluma!






Llevo un vómito encarcelado en mis palabras,
llevo una tinta embriagadora en mi pluma,
llevo la mugre andariega de tus cartas,
llevo una riña rechinante en mi andar.
¡Qué asquerosa va mi pluma
que te embarra, te ultraja,  tu mortaja!
 

jueves, 29 de septiembre de 2016

¡Asesino, devuélveme la vida!




¡Asesino, devuélveme la vida!

¡Asesino! ¡Asesino!
¡Mataste mi amor!
¡Mataste mi sentir!
¡Me mataste!

¡Asesino, devuélveme la vida!
una vida sin corazón, 
para nunca más amarte
y mas nunca adorarte.


Nueva York.
SANDRA SALGADO MENDOZA

lunes, 19 de septiembre de 2016

"La Alcoba del Olvido"







¿Qué si voy a privarme de escribir acerca de las alcobas, y los placeres?
- ¡Jamás!


He aquí:

LA ALCOBA DEL OLVIDO

¡Qué arrogancia! ¡Qué insolencia!
Vestirte con traje de oropel,
pretendiendo entrar con ansias
a mi alcoba seductora, y adueñarte
de la vanidad de mi soledad.

¡Eres un indolente, insensato, petulante!
¡Vete con tus gemidos prestados!
¡Vete con tus delirios de suspiros!
¡Llévate la falsedad de tus oropeles,
y no vuelvas a pretender lamer mis labios,
ni a domar mis miradas!

Nunca pudiste escuchar el clamor de mis suspiros,
ni nunca pudiste escuchar el jadeo de mi cintura.
¡Qué insensible fue el eco de tu sordera!
¡Mas que elocuente fue el alarido de mis medias de seda!

Nunca mas acariciarás la tibieza de mi desnudez,
ni te embriagarás con mi aliento,
ni domarás mis ardientes caderas,
ni pretenderás mirar mis senos,
ni oler el perfume de mis piernas.

¡Vete con tus pretensiosos recuerdos,
tus miradas, tu ebriedad!
¡Vete imitando, balvuceando,
y lamiendo la dureza de tus sandeces!

¡Tú el del traje vanidoso,
lárgate con tu indolencia
a la alcoba del olvido!



SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 19 de junio de 2016.

¡Nunca, nunca, nunca te amaré!.







Te voy hablar bajo,
"no te amo."
Te voy hablar alto,
"nunca te amé."

Te voy a gritar,
"¡nunca, nunca, nunca te amaré!."

sábado, 17 de septiembre de 2016

LUCRECIA BORGIA. 'Huéleme, lámeme, muérdeme'





Huéleme, lámeme, muérdeme



Olerte, lamerte,
olerte, mirarte, 
olerte, hablarte.

Lamerte, morderte,
hablarte, morderte,
mirarte, morderte.

Morder, lamer, 
morder, mirar, 
morder, hablar.

Huelo, muerdo,
hueles, muerdes.

Lámete, huélete,
huélete, mírate,
mírate, háblate.

Háblame, mírame, 
huéleme, lámeme,
morboséame, muérdeme.

Morboséate, mírate,
morboséame, lámelo,
morboséalo, huélelo. 

Muérdete, huéleme
Muérdeme, lámeme
Muérdelo, muérgano. 


SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 17 de septiembre de 2016

¡Escóndete!




- ¡Escóndete!
-¿Por qué? 
- Somos amantes. 

¡Qué me dejes sola!




- ¡Qué me dejes sola! ¡Sola!
-Estás sola
- ¿Quién habla?
-La soledad.


Nueva York, 17 de septiembre de 2016

'Una inexperiencia callada'







'Una inexperiencia callada,
una experiencia sin tentación,
no pensar, no sentir,
y no abrir los labios.'


(Febrero 27, 2016)




"Sentada en mi silla"





'Sentada en mi silla de nogal, detrás de una puerta de caoba, tengo sobre mi mesa huellas de tinta negra, huellas de tinta roja, y la mirada juiciosa de una sortija errante.'


(Nueva York, 9 de Marzo del 2016)

"Escribo"


'Escribo con la sonrisa y la tristeza del diccionario.'


(Nueva York, 9 de marzo del 2016)

jueves, 15 de septiembre de 2016

¡QUÉ BRUTAL CONFESION!




¡Enfurecida está mi boca con esta irreversible confesión!




¡QUÉ BRUTAL CONFESION!


¡Qué brutal confesión!
¡Gritaban desde lejos las arrugas!

¡Qué si me acuerdo!
Aquella edad de peculiar fascinación
que traía el crujir epiléptico de una protesta
que exigía una turbulenta revancha
gritaba secretas caricias
debatía  escandalosos escotes
acariciaba perfumes callejeros
y saciaba apetitos de placer.

¡Que sí me acuerdo!  
enredada en un velo
con trenzas sueltas de cabellos
saboreando hostias
estremeciendo bocas
rodillas en el suelo
piernas en desvelo
y el disfrute de una 
coqueta masturbación. 

¡Qué sí lo sé! Qué a esta edad
las trenzas sueltas que borbotean 
en un rosario de cabellos
las piernas que arden de deseo
las manos que acarician el cuello
la hostia que se estremece en la boca
podrían despreciar a una piel 
que se avejenta.  

¡Fuera de aquí, brutal confesión!
¡Fuera, quejidos del alma!
¡Fuera, sublimes penas del corazón!

¡Oh! ¡Cuánta rabia me da escribir 
esta brutal confesión.!


Nueva York,12 de septiembre de 2016
SANDRA SALGADO MENDOZA