viernes, 3 de junio de 2016

"El Gemido Afónico."



EL GEMIDO AFÓNICO
- ¡Me estás seduciendo!
Exclamó la curiosidad.
- ¡Estoy gimiendo!
Replicó la ternura.
Y volvió a seducir,
y volvió a gemir.

Nueva York, 11 de abril de 2016.

"¿Te Fastidia mi Advertencia?"



¿Te Fastidia mi Advertencia?

 

¡Qué soy la institutriz de los filósofos! 
¡Qué pueden los músicos tocar un jazz en mis pezones! 
¡Qué puede Beethoven acariciar una sinfonía en mis senos! 
¡Qué puedo con mi pincel dar un puntapié a los imbéciles! 
¡Qué puedo pintar la llaga de los toros!
¡Qué tengo más ansias que los de una chirimoya! 
¡Qué  soy una devoradora de suspiros! 
¡Qué tengo un coro imperante de latidos! 
¡Qué desayuno ciruelas pasas con café! 
¡Qué rechazo las migajas de bondad!

 ¿Te fastidia mi advertencia?
¡Qué no razono durante mis placeres!
¡Qué tengo un anzuelo en el escote!
¡Qué le permito al espejo hacer un elogio a mi espalda!
¡Qué tengo embebida la miel en el meneo de mis labios!
¡Qué tengo un dulzor en el acuse de conciencia!
¡Qué uso perfume en las trincheras!
¡Qué vestiré con tacones escalarta el día de mi funeral!
¡Qué no disimulo mi satisfacción al deseo!
¡Qué nunca estoy sola, que estoy con mis piernas!


¿Te fastidia mi advertencia?
¡Qué no permito una voz de cobardía!
¡Qué tengo un rechazo denigrante hacia la ruindad!
¡Qué puedo bañar a los leprosos!
¡Qué no le limpio las botas a Fidel!
¡Qué mis polillas están danzando un ritual sobre los libros de los historiadores!
¡Qué tengo un argumento en la bocina!
¡Qué no les quito las aureolas a los muertos!
¡Qué tengo un cigarrillo vivo fumando en el cementerio.
¡Qué a las siete menos cuarto humillo al sol!


¿Te fastidia mi advertencia?
¡Qué castigo con látigo los desaciertos de mi pluma!
¡Qué tengo una alabanza al pensamiento!
¡Qué he guardado una semilla en el desierto!
¡Qué tengo una lingüística dictatorial de independencia!
¡Qué tengo un proverbio que no adoctrina mis virtudes!
¡Qué no santifico la castidad, ni la modestia!
¡Qué he sentenciado a cadena perpetua mis secretos!


¿Te fastidia mi advertencia?
¡Qué te calles! ¡Qué no soy tu amante!
¡Calla tus esdrújulas!
¡Qué te calles! ¡Tu torpeza me averguenza!
¡Qué te calles! Estoy santiguando a este papel.
¡Qué te calles, papel cobarde!
¡Cállate papel! ¡Me apesta tu aliento desabrido!
¡Cállate, y no me implores perdón, que vas arruinar mis letras!
¡Me da lástima tu falta de soberbia,
tu falta de anáfora, catáfora y endófora!

¿Te fastidia mi advertencia?
¡Cállate! ¡Qué en mi enagua mando yo!


Nueva York, 5 de abril de 2016.

SANDRA SALGADO MENDOZA









*

Quiero que mi advertencia se escuchada por todos los mares y continentes. 

*
Esta poesía lleva en su sangre un caudal de ruido y furia.

*
Si yo hubiera escrito esto cuando tenia 12 años, la sociedad me habría condenado a la guillotina.

*

Empecè mis letras con un esplendor bravío, y así se fueron escapando de mi pecho como bramidos. 

*
Tenia una querella en medio de mi cuaderno que oprimía mi silencio. Ahora es una poesía que vibra.

*
Siendo tú una dulce niña, como has podido llegar a encantarte con hermosura esta poesía que estaba encerrada en la oscuridad de un calabozo.

*
Mi autoría la cree en una tibia aldea.

*
Puedo contemplar el arte en el fango, en el charco y en las sombras! 
Mi esclavitud es complaciente en el arte.

*
Estoy rescatando del siglo pasado unas letras rebeldes que se quedaron atoradas en un mimeógrafo. 

*
Con arrogancia me acerco a ti con mi laringe, para interrogar a tu pensamiento, el por qué  habrías de tender los ropajes de mi voz en un patio sin encantos.

*
Rimas, rimas, rimas, entrelazadas, encadenadas y gemelas. Cuanta ausencia  hay de ellas en mis versos. Mientras que tu, 'El heredero de las Coplas' tiene  a su prestancia un derroche voluntario de heptasílabos, octosilabos y endecasílabos para ensalzar la libertad de mis versos. Te envío esta noche mi desvelo, y mañana mis suspiros al Sol, como un agradecimiento, sin exabruptos, ante la estrofa que engalana tu balcón florido.

*

Tengo una sensación de que me he mudado al estío!  No encenderè los faroles y  los parlantes en mi poema! 


"Las Arrugas me han contado..."








(Imagen: Figura de madera perteneciente a mi padre

 cuando volvió de Japón en 1967)



LAS ARRUGAS ME HAN CONTADO.

Aunque parezca inverosímil, las arrugas me han contado sobre la vida:


'La ví arrugada, quizás un poco marchita, parada en la esquina, inmóvil, indefensa, mas no inmaculada. Había llegado el crepúsculo, y ella ahí, sin una caricia, sin un abrazo, y sin un te quiero. La piel del árbol me ha contado, cómo es vivir sin un amor, y como es vivir en soledad.'

Nueva York, 23 de marzo de 2016




*

Confronté la mirada miserable del tiempo, osaba humillar las cicatrices de la piel que estaban bordadas en mi poesía. 

*

¡Miserable!...sea aquel vulgo que derrame sal sobre la doncella. Ya escucharé las súplicas del calculador del placer, rogándome daros la satisfacción de la voracidad de mis labios. ¡Derrama!...tu hiel sobre tu mustio septiembre, que yo desecharé tu altar de virtudes, y tus harapos teñidos de ilusiones cuando vengas ¡de rodillas! a limpiar el lodo peyorativo que dejaste en este papel.  

Distinción sensata anhela la vejez, mas mi pluma revolotea de insensatez. Estoy tumbando  con mi poesía los palpitantes recuerdos, arrancando sueños perdidos, y llevando querellas hacia  el camino de la soledad. Lo digo con locuaz soltura y libertad.



*

La fragilidad de mi talento me lleva a buscar hacia donde vuelan las hojas secas y arrugadas que se descuellaron del árbol.

 Ese camino, ese destino, ese correr del tiempo, y ese cielo desconocido, murmuran trémulos, el adiós de la juventud. 



*

Me desnudo diferente desde que tengo mutilada mi hermosura. Pienso, siento, canto, bailo, y sueño diferente desde que 'las arrugas me han contado sobre la vida.' 

Les escribo desde una prisiòn que contempla un pergamino que exhibe una sentencia a envejecer.






"Te lo digo a ti, parrafo inservible!"



"Te lo digo a ti, parrafo inservible!"



¡Suelta ese adjetivo!
¡Desata tus conjunciones!
¡Desamarra tus verbos!
¡Libera tus artículos!
¡Empaca tus adverbios
y lárgate con tus sustantivos!

¡Te lo digo a ti,
párrafo sin pronombre,
párrafo sin nombre,
párrafo inservible!

SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York,  9 de marzo de  2016