martes, 5 de noviembre de 2019

LA ESTROFA SORDA. - ✏️ [Poesía]




LA ESTROFA SORDA


¡Qué ladren lo que quieran!
Qué a mí ya no me estorban
los alaridos y la rabia que vociferan
las bazofias inmundas de la vereda.

¡Qué me griten lo que quieran!
Que ayer supe que tengo sordera
ya no escucho estallar los latidos
de esta historia escrita en una losa vieja.

¡A mí! ¡Grítenme a mí!
Mas no le griten a la que yace inerte
a la estrofa sorda y demente
polvorienta, fría y silente.



SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 4 de noviembre de 2019
Fotografía: kieratkarolina

LA EVIDENCIA. - ✏️





  

LA EVIDENCIA


   
    Si todavía no han puesto los codos sobre la mesa, háganlo.  No se dejen conquistar por la inapetencia de rancias letras, que lo que viene está blindado con un arsenal sublevado de evidencias.

    Llevo años viviendo junto a la indiferencia de un silencio persiguiéndome en mi lecho, y apenas pongo un pie en esas frías tablas, una lamparilla adefesiosa con una mirada inacabable incendia los trapos regados en el piso vigilando mi reputación con morbosa apetencia.

    No se crean acusadores, arruinadores de conciencia, que me tienen de rehén apresada en una esquinita, disque obligándome a no escribir, a no atreverme hablar y a no fantasear con las pasiones locas absorbidas por el entusiasmo seductor de un indiscreto rincón del corazón.

    Mírenme, jueces absurdos, tribunales sin cerebros atiborrados con barnices de diéresis.  Mi entrecejo es quien los mira con sus trajecitos asquerosos mientras atravieso con mis venas acaloradas esos catorce mil puentes de libertad en una revuelta de palabras en saliva.

    No me hagan teatritos, magistrados enmascarados, ridículos con insignia, súbanse esos pelos; dejen de subrayar con berrinches mis tentaciones en pliegos de largas discusiones, y no se sulfuren más; abaníquense sus impertinencias, y despreocúpense de la languidez moral que hay entre mi sudor antojadizo y mi corsé apretadizo.

    Ustedes, sí ustedes, los de entendimiento aletargado, los señoritingos con almendras, los señorones con bombones, escúchenme bien, no se atrevan a olfatear mis estrofas que estoy ordeñando versos sin rezos, mas si algún trompudito estorba mi léxico, me abalanzaré a su yugular con voracísimo talento.

    Aténganse machitos perfumados, capataces de la palabra, aténganse a mi elocuencia; esquiven su látigo y su sombrero, que esta militante de cepa tiene una armadura imperial en la mente, sin falsa credencial en la frente, y una oratoria insobornable que es evidente.


SANDRA SALGADO MENDOZA
Nueva York, 2 de noviembre de 2019
Fotografía: Astrid Vos Fashion-Art.